jueves, 5 de noviembre de 2009
Tingo María, mi memoria, un verano
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lunes, 2 de noviembre de 2009
Kundera y mi tiempo
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miércoles, 28 de octubre de 2009
Finito
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viernes, 28 de agosto de 2009
Confieso que...
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sábado, 22 de agosto de 2009
Quiero... puedo
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miércoles, 3 de junio de 2009
Esa camisa roja ya apesta!
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sábado, 30 de mayo de 2009
Día gris
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jueves, 28 de mayo de 2009
Mejor una grande, que muchas pequeñas...
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lunes, 23 de febrero de 2009
A mar
Cómo me encanta verte, tocarte, disfrutarte! el poder sentir el suave olor a puerto que de ti emerge, el rodearme en las mañanas de tu bruma, el caminar descalzo en la arena de tu orilla, y que me arrulle el rumor de las olas cuando duermo, adoro bañarme en tu inmensidad azul, que aunque fría, me acaricia. Amo nadar en tus playas, sentir que una onda me revienta en el pecho desnudo, como una muestra de tu fortaleza, y el agua fresca y helada resbalando por mi cuerpo entero, mojando cada centímetro de mi ser, alimentando mi alma de tu salvaje y poderosa hiel. Y luego la calma, que se acopla de manera perfecta a tu ambigüedad, que puede destruir de un momento a otro, o bien nos inunda de una apacible calma que relaja nuestras mentes estresadas. Es que no puedo vivir sin tí, cuando nos separamos me aislo y deprimo, sólo tú me entiendes, sabes que el agua salada que recorre mis venas se acelera en tu presencia y que mi corazón al ritmo de tus corrientes la bombea, que sentirte cerca me alimenta el espíritu y despierta en mi sentimientos nuevos y placenteros, sabes bien cuánto te deseo, y que sin importar cuán lejos estemos siempre llegaré a ti y nos confundiremos en un baile eterno...
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viernes, 20 de febrero de 2009
Desnudez
Siento que algo me pesa mucho, como si tuviera el mundo a cuestas, se me hace difícil caminar, cada paso me cuesta cada vez más, no avanzo ni diez metros y ya siento el sudor correr por mi cuerpo, estoy casi sin fuerzas... No estoy cargando nada, qué rayos me pasa!? será que mi ropa pesa una tonelada? me cuesta respirar, me estoy sofocando, me quito el polo, no sin esfuerzo, y siento un alivio en el pecho, mi caja torácica por fin se ensancha y llena de aire, me quito los zapatos, el pantalón, las medias y la ropa interior... Libertad!, ahora moverme no me cuesta nada, me siento ligerísimo, no peso nada, casi puedo flotar... Siento con mis manos mi piel, antes sudaba, ahora se siente tersa, suave, perfecta, busco un espejo y veo cada detalle de mi cuerpo, tan bello e imperfecto, me encantan los detalles finos tanto como los grotescos. Empiezo a saltar de alegría, ya casi no puedo con tanta dicha, si tan sólo me hubiera dado cuenta antes de lo que me perdía tratando de ocultar tanta armonía, si tan sólo antes me hubiera revelado ante esta sociedad que condena, señala y separa a los que no le agradan, a los que no entran en su formato tan estricto y cerrado, y nos obliga a los que por sí solos pensamos a separarnos, enajenarnos... Pero hoy mi mente no alberga rabia ni resentimiento, hoy disfruto de cada momento a solas con mi cuerpo tan desnudo, tan descubierto...
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viernes, 6 de febrero de 2009
Mundo mágico
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domingo, 25 de enero de 2009
Placeres
Luego de ese deleite mental casi masoquista dado que estaba en mi cama y eran las 9 de la mañana, empecé a divagar sobre distintos placeres: una buena siesta, bellos paisajes, arte, y por supuesto sexo...
Por ejemplo me acordé de la chacra de mi familia en el valle de Ilo, un olivar, donde solíamos pasar algunos fines de semana, entre buena comida y mejor compañía, en dicho lugar hay unas hamacas amarradas a viejos olivos, no muy lejos de la casita de la chacra, donde debo haber tenido las mejores siestas de mi vida, eran después de bañarme en el estanque y comer los ricos potajes preparados por mi madre, abuela y tías, me echaba en una hamaca, por la que había que pelear por supuesto, habían sólo dos o tres, y una vez en ella, me dejaba llevar por el vaivén, el aire fresco lleno de naturales aromas, y el arrullante sonido del viento sobre las hojas de los olivos... ¡qué placer!
Ahh y los atardeceres, el sol escondiéndose en el mar de Ilo, visto desde la bahía, con todas las bolicheras adornando ese hermoso paisaje de puerto pesquero; o el cielo anaranjado que sirve de marco para la Bella Durmiente en Tingo María...
Y cómo no mencionar a Neruda y esa excitante experiencia que me significó leer "Confieso que he vivido", y haber casi sentido lo que aquel maestro de la poesía sentía...
Ahh y el sexo, cuando no el sexo, siempre en mi memoria, con gratos recuerdos, experiencias hermosas. Pero ésas, mejor me las reservo.
Publicado por Oscar Ferré en 12:31 0 comentarios