domingo, 25 de enero de 2009

Placeres

Hoy quiero decirles lo bueno que es disfrutar de los placeres de la vida. Me levanté con una extraña sensación en el estómago, no era solo hambre, era algo más, mi apetito me exigía algo especial, de pronto empecé a salivar de sólo recordar la corvina en salsa de pulpo que comí en Ilo hace un mes aproximadamente, o de pensar en los postres deliciosos de Tanta, o el chicharrón que comí en Chincha hace algunos años; y así me siguieron viniendo a la mente recuerdos de comidas que hicieron vibrar a mi paladar, y acordándome no sólo de buenos restaurantes sino también de aquellos peruanísimos "huariques", donde siempre se come bien.

Luego de ese deleite mental casi masoquista dado que estaba en mi cama y eran las 9 de la mañana, empecé a divagar sobre distintos placeres: una buena siesta, bellos paisajes, arte, y por supuesto sexo...

Por ejemplo me acordé de la chacra de mi familia en el valle de Ilo, un olivar, donde solíamos pasar algunos fines de semana, entre buena comida y mejor compañía, en dicho lugar hay unas hamacas amarradas a viejos olivos, no muy lejos de la casita de la chacra, donde debo haber tenido las mejores siestas de mi vida, eran después de bañarme en el estanque y comer los ricos potajes preparados por mi madre, abuela y tías, me echaba en una hamaca, por la que había que pelear por supuesto, habían sólo dos o tres, y una vez en ella, me dejaba llevar por el vaivén, el aire fresco lleno de naturales aromas, y el arrullante sonido del viento sobre las hojas de los olivos... ¡qué placer!

Ahh y los atardeceres, el sol escondiéndose en el mar de Ilo, visto desde la bahía, con todas las bolicheras adornando ese hermoso paisaje de puerto pesquero; o el cielo anaranjado que sirve de marco para la Bella Durmiente en Tingo María...

Y cómo no mencionar a Neruda y esa excitante experiencia que me significó leer "Confieso que he vivido", y haber casi sentido lo que aquel maestro de la poesía sentía...

Ahh y el sexo, cuando no el sexo, siempre en mi memoria, con gratos recuerdos, experiencias hermosas. Pero ésas, mejor me las reservo.